En tiempos de la Revolución Francesa, cuando la pena capital era cosa de todos los dias, sobrevino la idea de que los sentenciados al llegar a la guillotina estaban muertos.
Mientras que otros llegaban totalmente pálidos y con cuerpos inertes cuando se colocaban justo en el aparato ya que breves minutos después de ser decapitados no salía gota de sangre de sus cuellos, situación que no siempre pasaba ya que había condenados de los cuales se salpicaban chorros de sangre que alcanzaban el metro de distancia.
La explicación de esta reacción corporal, es que al estar frente a la situación de una muerte violenta la mente busca evadir esta realidad y cae en un estado de "5P" o desmayo que se acompaña de un cese momentáneo del flujo sanguíneo ya que la ansiedad es de tal magnitud que dispara un "Shock"; siendo así muchos sujetos habrían encontrado la muerte sin ser ejecutados
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